miércoles, 12 de abril de 2023

¡Celebramos el día del libro!

LEER ME SALVÓ LA VIDA

No hay nada más eficaz para evaporarte de ti y salir volando de tu cuerpo que una buena historia. 

Lo sé porque lo practico. Algunas no tenemos la costumbre de rezar ni meditar ni hacer viajes astrales. No buscamos mundos espirituales ni estados de conciencia plenos. Lo que nos funciona para iluminarnos y cuidar nuestra salud mental es huir hacia otros mundos: los de los podcast, las novelas, las series. He ahí nuestro Ooom y nuestro Ave María. 

Lo sé porque ante el cansancio y el hartazgo, uso las historias como balneario mental. ¡Qué limpia te dejan! ¡Qué exfoliación de estrés! 

Lo sé porque Memorias de África de Karen Blixen me salvó la vida. Cuando ocurrió algo insoportable me dediqué a leerla para no tirarme por la ventana, desde que me despertaba hasta que me dormía. Esa historia fue mi droga y mi bote de calmantes.

Lo sé porque tiene una razón científica, que acabo de leer en La ciencia de contar historias, de Will Storr (Capitán Swing, 2022): “Cuando nos perdemos en una historia, los escáneres cerebrales sugieren que las regiones asociadas a nuestro sentido del yo se inhiben”.

Tu cuerpo entero, de la piel al último pelo, va ajustándose a la narración y va sintiendo los acontecimientos que vas leyendo, viendo y escuchando. El ritmo cardíaco se acopla a lo que ocurre en la historia: a la placidez ¡¡o a un buen sustazo!! Los vasos sanguíneos se dilatan y el estado emocional va oscilando de la alegría a la pena, al miedo, al enamoramiento, porque las historias activan neuroquímicos como la oxitocina y el cortisol.

Esta capacidad de que una historia te saque de tu vida y te lleve a otra tiene un nombre: “transporte narrativo”. Y tiene un poder brutal: despierta la empatía. Dice Will Storr que las investigaciones muestran que estos viajes nos ayudan a cuestionar nuestros valores, creencias y actitudes. Que podemos llegar a adecuarnos a otras ideas y otras formas de sentir. Incluso que nos van cambiando, moldeando y, como consecuencia, ayudan también a cambiar el mundo.

La historiadora Lynn Hunt dice que las novelas ayudaron a crear la noción de los derechos humanos. Fue como pasar del catalejo al telescopio. Porque antes de que se popularizaran estas historias tan sentidas de otras personas, lo habitual era mirar la vida desde la pequeñez de cada uno. No era común meterse en el pellejo de individuos de otras clases sociales, otras nacionalidades, otras razas y otro género.

En el siglo XIX las historias sobre la esclavitud en el sur de Estados Unidos consiguieron que muchos lectores blancos se pusieran en la piel de los esclavos negros. Tanto que, según Will Storr, “el éxito de ventas de La cabaña del tío Tom (de Harriet Beecher Stowe) contribuyó a precipitar la guerra civil estadounidense”.

Hoy ocurre lo mismo con historias como Heartstopper (escrita por Alice Oseman). Creo que esta serie sublime, excelente, puede tirar abajo más prejuicios homófobos que un discurso político. Porque no hay argumento más convincente que verte en los zapatos de otro. Ni razón más conmovedora que sentir el acoso malvado y repugnante que tiene que aguantar el protagonista de esta serie por parte de unos niñatos machotes y cavernícolas.

Leer, escuchar y ver historias es una forma de entrenar la empatía. Will Storr lo resume en esta frase magistral de Matar a un ruiseñor (de Harper Lee): “Nunca entiendes realmente a una persona hasta que consideras las cosas desde su punto de vista, hasta que te metes en su piel y caminas con ella”.

Pero es que, además, no hay nada más humano que los relatos. “Durante decenas de miles de años, las narraciones han servido para transmitir lecciones de vida de una generación a otra”. Ahí se guarda la sabiduría universal y milenaria de la humanidad. 

Las historias son una forma de meditación, una escuela de empatía y una fuente del saber. Las historias nos hacen personas desde los primeros cuentos que nos leen o narran en la más tierna infancia. Y si hay un modo de trascender es por la narración, porque una persona, al morir, se convierte automáticamente en los relatos que los demás cuentan de ella. 

Mar Abad

a) Investiga de qué tratan las novelas de las que se habla en el artículo.

b) Escoge a alguna de las autoras, lee sobre ella y selecciona los datos más interesantes de su biografía para poner en común en clase.

c) ¿Hay algún libro que te haya acompañado a ti en algún mal momento?, ¿cuál?

d) Cita algún título o nombre de escritor/a que te haya ayudado a crecer como persona.


Y también...

- Pongamos a prueba tus conocimientos de la Literatura en español: ¡Haz clic!

- En el Día del Libro es conveniente que reflexionemos sobre el importante papel de la traducción a la hora de leer literatura. 

Véamoslo en este hermosísimo poema de Emily Dickinson (1830-1836) titulado «El agua se aprende por la sed»  («Water, is taught by thirst»). En primer lugar, leeremos el texto original. A continuación, dos traducciones diferentes:


Texto original:

 

Water, is taught by thirst.

Land — by the Oceans passed.

Transport — by throe —                        (transport: éxtasis/ throe: agonía)

Peace — by its battles told —

Love, by Memorial Mold —                    (memorial: monumento/ mold: moho)

Birds, by the Snow.

 Primera traducción:


El agua se aprende por la sed;

la tierra, por los océanos atravesados;

el éxtasis, por la agonía.

La paz se revela por las batallas;

el amor, por el recuerdo de los que se fueron;

los pájaros, por la nieve.



Segunda traducción:

El agua se aprende por la sed;

la tierra, por los océanos atravesados;


el éxtasis, por la agonía.

La paz se revela por las batallas;

el amor, por el recuerdo de los que se fueron;

los pájaros, por la nieve.

 

Texto original


 

Primera traducción

 

Segunda traducción

 

Water, is taught by thirst.



Land — by the Oceans passed.


Transport — by throe —              
          
Peace — by its battles told —


Love, by Memorial Mold 


Birds, by the Snow.


 

El agua se aprende por la sed;


la tierra, por los océanos atravesados;

el éxtasis, por la agonía.


La paz se revela por las batallas;


el amor, por el recuerdo de los que se fueron;

los pájaros, por la nieve.


 Aprendemos el agua de la sed

y de la travesía de los mares, la tierra

el arrebato, de la angustia

y la paz, del recuento de batallas,


el amor, de su hueco misterioso,

de la nieve, los pájaros.


¿Intentamos averiguar cuáles han sido...?

- Las tres obras escritas en español más traducidas a otros idiomas? ¡Haz clic!

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- Y para terminar, recordaremos al siempre maravilloso Mario Benedetti:

Para comenzar veremos este vídeo: ¡Haz clic!

Ya podemos adentrarnos en su obra: ¡Haz clic! (1, 2, 3, 4, 7, 8, 9 y 10).

Y aquí tienes un último haiku de Benedetti:

Si me enternezco
dejaré de ser justo
pero qué importa

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