jueves, 7 de septiembre de 2023

Vigencia de los clásicos

HISTORIA DEL DESCUBRIMIENTO DE LA EPOPEYA DE GILGAMESH


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Un día de noviembre de 1872, un joven salió de un cuarto trasero del Museo Británico y, según uno de sus colegas, empezó a correr "por todos lados". Se llamaba George Smith y podemos avanzar la razón de su desbordada alegría. Había leído un relato que formaba parte de una historia imaginada hacía unos 4.000 años y cuyo rastro había desaparecido durante miles de años.

La historia que leyó George Smith había quedado sepultada con los restos de uno de los primeros grandes imperios de la historia de la humanidad: el imperio asirio. Los asirios fueron los primeros en desarrollar armas y elementos de protección de hierro, un avance tecnológico que les dio una gran ventajaIncluso después de su caída, el legado del imperio perduró en las tácticas y tecnologías de guerra adoptadas por civilizaciones posteriores. En 612 a.C. Babilonia, decidida a terminar con el dominio asirio en Mesopotamia, lideró un ataque contra la última capital asiria, Nínive. Mucho se perdió durante su conquista, particularmente el tesoro de ideas asirias que guardaba la biblioteca de Nínive, que había sido concebida en el siglo VII a.C. para albergar la suma de todo el conocimiento humano. La rebelión liderada por los babilonios dejó a la ciudad más rica del mundo en ruinas, con sus palacios ardiendo y sus habitantes muertos o esclavizados. Pero igualmente terrible fue la desaparición de su mítica biblioteca: se la tragó la tierra. 

2.465 años después, una noche de diciembre de 1853 en lo que hoy es Irak, un equipo de excavadores encontró el palacio del rey asirio Asurbanipal. Además de magníficas obras de arte talladas en piedra más de dos milenios y medio atrás, los excavadores recogieron del piso miles de fragmentos de tabletas de arcilla cubiertos con la intricada escritura cuneiforme.



No lo sabían, pero eran los restos de la biblioteca real. Los empaquetaron en cajas que 
enviaron al Museo Británico, donde los almacenaron pero no los clasificaron hasta que 
en 1861 contrataron a Smith para limpiarlos y organizarlos.

Cautivado por las antigüedades que estaban llegando de Nínive, Smith llevaba años aprendiendo solo a entender tanto la escritura cuneiforme como el idioma acadio. Una década más tarde, ese día en el que estalló de felicidad en el museo, había leído sobre un mundo ahogado por un diluvio, un hombre que había construido un bote y una paloma liberada para buscar tierra firme. Era una versión del Arca de Noé. Pero el libro no era el Génesis sino que había sido escrito mucho tiempo antes. Era parte de la cuidadosamente transcrita Epopeya de Gilgamesh, el poema épico inscrito por primera vez alrededor de 1800 a.C., unos mil años antes de la composición de la Biblia judía (el Antiguo Testamento cristiano).

Un mes más tarde, Smith le leyó su traducción de la tableta a la Sociedad para la Arqueología en Londres. Era la primera vez que una audiencia escuchaba parte del poema en más de 2.000 años. Fue toda una sensación y desató debates en todo el mundo. Para algunos, corroboraba la verdad esencial de la Biblia. En opinión de otros, representaba otra gran grieta en el edificio del cristianismo.

La que se llegó a conocer como la "Tableta del diluvio", o la Tablilla XI, fue la primera de muchas más que, desde entonces, han ido apareciendo, algunas hasta más antiguas. Con ellas, llegaron hasta nuestros días las aventuras de Gilgamesh, un rey que vio, experimentó y consideró todo, hasta lo oculto; que desveló lo velado, que supo sobre el Diluvio, viajó a los confines del mundo y regresó, exhausto pero entero, como prometen las primeras líneas del texto. Aunque aún hay brechas, se piensa que ya tenemos 2/3 del relato. ¡Y qué relato!

Es una de esas obras de literatura antigua que nos hace mella, pues su héroe, a pesar de ser "dos tercios dios", es muy humano: siempre se está equivocando, nunca alcanza su meta y, como todos, tiene que aceptar la muerte, esa inevitabilidad con la que vivimos. Su lucha heroica contra la muerte lo lleva a enfrentar el inevitable fracaso y a comprender que la única inmortalidad a la que puede aspirar es la que da el dejar algún logro duradero. 

En palabras del prólogo: Llegó de un camino lejano, estaba cansado, pero encontró la pazFinalmente, sereno, acepta que si bien los individuos son mortales, la humanidad es eterna y ve la ciudad como una expresión de la humanidad y la generaciones futuras: sus notables obras de construcción serían las que le garantizarían que su fama sobreviviera su muerte.

                                    

  

1. Investiga en qué otras culturas aparece recogido este relato del diluvio universal.

2. Lisístrata es una famosa comedia de Aristófanes, comediógrafo de la Grecia Clásica. Este autor protestó con frecuencia contra la guerra. En Lisístrata, defendió las soluciones pacíficas contra los demagogos que impulsaban al pueblo a la violencia. En esta obra plantea la huelga sexual de las mujeres. 

Compara el argumento de la comedia de Aristófanes titulada Lisístrata con el de la película francesa La fuente de las mujeres, de la que te dejo aquí el trailer: Haz clic


 

3. Averigua qué obras que se representarán este año en los teatros de Sevilla (Teatro Central, Lope de Vega, sala TNT, Cartuja Center, etc) son una versión de títulos clásicos. Cita autores y obras y trata de informarte sobre cuáles son los temas que abordan. Os podéis repartir los teatros para poder revisar su programación.

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